martes, 26 de julio de 2011

Por Fin soy TRI

Y para hacerme Tri, me tuve que ir hasta la Villa fortificada de Almazán en Soria, al Triatlón en la modalidad Sprint de Abel Antón y a la vez Campeonato de Castilla y León. A esto se le llama debutar a lo grande.
Como nos adentrábamos en un fin de semana de tres días y había que aprovecharlo, el sábado por la mañana cargue los cacharros en el coche, además de la bicicleta y nos dispusimos a disfrutar del largo fin de semana.
La primera parada en el Burgo de Osma, para que mis pequeños cacharros viesen a sus amigos Marcos y Zaquete y sus papis disfrutasen de unas cervecitas y una estupenda comida a la sombra de un gran chopo, continuar viaje hacía Almazán para llegar pronto y poder dar un paseo antes de meternos en la cama.
Al llegar al Hotel se empieza a respirar aire de triatlón, un ligero olor a carbono se deja notar por la amplia recepción del Hotel, individuos depilados montando caras máquinas rodantes, alguna de ellas atada con un cordel a la muñeca para que en un descuido no se fuese al techo y su dueño se pusiese a llorar cual niño en la feria tras perder su globo. Hasta aquí todo muy envidiable. Nos vamos a dar un paseo y de vuelta a cenar al restaurante del Hotel con una cervecita de entrante, fruto de mis concentraciones precompetición con los de Nicolás. Busco con mi mirada al resto de triatletas, pero del resto no se sabe nada. Nos metemos entre pecho y espalda unos magníficos huevos fritos y un buen filete de ternera, y aquí es donde dejo de envidiar al resto de triatletas, “que desgraciada vida la del triatleta que huye de la mundanal cocina mediterránea”, subo a mi habitación y por el largo pasillo del Hotel de cuatro estrellas y no se cuantos tenedores, veo intercambio de “tupers güares” de pasta sin aderezar que apenas desprende ni olor entre varios deportistas. Pero cada uno tiene sus manías.
Ring, ring, ring... ya es de día, 7:30 de la mañana, resto de mi familia dormida, me bajo solo a darme un alegre y copioso desayuno, cojo el coche y me dispongo a estudiar el circuito de bici del año pasado, y aquí puedo dar gracias a Dios por ser el del año pasado. Aparco de nuevo el coche y me doy un fresco paseo matutino, por la zona donde están montando los boxes, a 11ºC, con un forro polar para no llamar la atención. Me acerco al río, meto la mano en el agua y pienso: “Mi neopreno no creo que aguante estas temperaturas”, una pequeña vuelta por el circuito de carrera a pie me sirve para darme cuenta de que voy a disfrutar y que mi tendinitis corriendo por césped no va a salir muy perjudicada. Empiezan a llegar los primeros triatletas y decido ir al hotel de concentración para empezar el ritual de la preparación.
Una vez preparado bajo y allí están luciendo el naranja: Oscar, Jesús, Goyo, Flores, Pilo, Victor y Jose, esperando para retirar los dorsales, además de los animadores habituales vigilando las máquinas. Veo las caras conocidas de los de siempre y las de otras máquinas de las revistas. Nos dan el gorro y el dorsal y como siempre, preparados, listos, YA. Esto tengo que mejorarlo en próximos tris, siempre voy pillado de tiempo y tengo la sensación de que se me olvida algo, colocar la bici, las zapatillas, la cinta del dorsal, el aceite, gafas, me dejo, se me olvida,... cuando me quiero dar cuenta estoy calentando en las frías aguas del río Duero.
Mooock!! Sonó la bocina y podría decir: “¡todos a nadar!” pero en este triatlón todavía no sé si el primer sector era de natación o de carrera, el caso es que entre los palos de la salida, las raíces de la orilla y las zonas en las que pegabas con las manos en el fondo no me concentré en nadar hasta los últimos 200 metros, salgo del agua cuando aún queda por salir el 50% de los participantes y me dirijo más o menos rápido a por el sector de bici preparado en principio para rodadores.
En el resto de los triatlones en su modalidad 2/3 que había hecho no había notado lo que siento ahora al coger la bici, tengo que apretar todo lo posible pero sin deshincharme por que hoy vengo a terminar, tengo que poder correr con soltura y llegar a la meta por delante del mayor número posible de naranjas mecánicas.
Veo cuando me subo en la bici que Pilo está a mi espalda, nos metemos en un grupo de unos 10 integrantes en que tirábamos Pilo y yo. Vamos deprisa pero analizando el circuito, no me gusta trabajar para el resto sino es de mi equipo, así que en uno de los giros me coloco el primero y doy un hachazo para escaparme en principio pensé que con Pilo y un Bombero pero luego vi que tampoco ellos pudieron resistir mi envestida. Me acoplo, pongo ritmo de crucero con bastante cadencia para llevar las piernas oxigenadas y tras dos vueltas totalmente en solitario adelantando ciclistas evitando llevar lastre, observo que en la última vuelta por delante de mi iban: Oscar tirando de un grupo delantero y Goyo en un grupo más cercano, a unos 150 metros al que por poco no daría caza. Por detrás me seguían Pilo en el grupo que dejé, Jesús un poco más atrás en otro grupo, David algo más atrás que acabaría dando caza al grupo de Jesús y Victor y Jose algo más atrás.
Me acerco a boxes, me saco las zapatillas con tiempo para no liarla, salto, corro por el área de transición, dejo la bici, me calzo mis Sauconi y a volar, o eso deseo, porque no voy como me gustaría, hecho de menos no llevar kilómetros en las piernas, pero es mi primer Triatlón entero y debo apretar, a lo lejos veo a Goyo pero no me acerco a él como en la bici sino que se aleja, la primera vuelta me encuentro bien, miró de reojo hacía atrás, ya que Pilo no debe ir muy lejos y no me puede pasar, veo un mono naranja delante y le voy cogiendo, aprieto, puedo quedar segundo de mi club, y cuando casi lo tengo, veo que no es Goyo sino Victor que va en su primera vuelta al circuito, Victor aprieta y solo puedo seguirle, me deja a los pies de la recta de meta y ¡Victoria lo he conseguido! “Por fin soy Tri”.
Busco con la mirada al resto de naranjitos y veo a Oscar campeón en Cadete y Goyo, y detrás muy seguidos entran en Meta Pilo, poco después Jesus y David y algo más tarde Jose y Victor. Somos una piña, lo hemos conseguido, Felicitaciones entre todos, caras de alegría, la mía la más sonriente, ahora soy uno más. A por Valladolid.

Fuerza y Victoria,
Javymoreno

No hay comentarios:

Publicar un comentario