domingo, 20 de noviembre de 2011

Un año de Triatlón

Doce meses después, ya puedo decir que soy todo un veterano del triatlón, este mes hace un año que empece a entrenar en este deporte. Por aquel entonces me parecía exclusivo de máquinas, de super-atletas; yo siempre me he considerado un aficionado a cualquier deporte y deportista de los pies a la cabeza, ¡claro! esto siempre es relativo.

El año pasado entrenaba entre 6 y 10 horas a la semana, descansando 2 ó 3 días y hacía bicicleta y carrera durante todo el año, cuando me acercaba a 10 horas de entrenamiento me parecía estar tocando el Olimpo de los Dioses del deporte, me sentía a mi máximo nivel, dispuesto a competir con aquel que en el llano sobrepasase mi eje delantero de la bici, o incluso en montaña me atrevía a mi manera con algún “subidor”.

Este año 2011, puedo decir que me considero un humilde Triatleta. Porque este deporte aunque lo puede practicar cualquiera que le guste hacer de todo, la mayoría de Triatletas son superhombres/supermujeres que entrenan cada día más y mejor y para los cuales siempre “Hay Que Entrenar Más” (HQEM) “Nunca es Suficiente”.

Hoy en día, estoy totalmente enganchado al triatlón. Esta semana he revisado los entrenamientos de este año, en mi perfecta agenda informática de entrenamientos, mis horas de dedicación y mis kilómetros de bici de carretera, de montaña, y a pie, incluso mis horas y metros de natación. Y puedo decir que si hay mucha mas gente como yo, tendrían futuro las clínicas de desintoxicación deportiva para triatletas. Es posible que en todo un año pueda contar con los dedos de las manos los días que no he hecho deporte. Lo curioso de esto es que valoro mucho más el tiempo que paso con mi familia, mis amigos, o las horas que estoy en el trabajo. He pasado de 6 horas mínimas de entrenamiento a lo que antes era mi máximo de 10 horas y en épocas de carga a superar las 15 horas a la semana, y lo peor es que veo que no es suficiente y siempre quiero hacer más. Si triplico sesiones de entrenamiento en verano, me faltan horas de estiramientos, o abdominales, o gimnasio, si potencio estas sesiones me falta dar caña a otra de las especialidades, y así sucesivamente, llegándote a saltar comidas para entrenar, salidas de amigos para entrenar, etc., es un estrés continuo. He pasado de ser un desastre en atenciones hacia mi persona, a comer algo 5 veces al día, a cuidar un poquito la alimentación, a colgarme del revés todos los días 20 minutos mientras hago mis oraciones (leo la revista Triatlón o escribo mis correos personales), utilizo medias de recuperación tras las competiciones y estiro mientras hablo con mi mujer de que tal nos ha ido el día.

Ahora ya, tras llevar un añazo en esto del triatlón ¡pobre de mi! y toda mi experiencia en otros deportes de años atrás, junto con las caritas que se les queda a mis niños y mi mujer cada vez que digo que “salgo un ratito con la bici” o “voy a correr, vengo ahora mismo”, me hacen amortizar mi tiempo de entreno para hacer absolutamente de todo, dentro y fuera del deporte. Ahora estoy viendo que al que le estoy quitando tiempo es a mi sueño (no a “mis sueños” sino a mis horas de dormir), esto lo tendré que mejorar en este segundo año en el que entramos, aunque creo que la solución más fácil será hacer los días de 30 horas.

El objetivo para este segundo año, será debutar en la larga distancia y cuidarme los tendones y articulaciones, “dando para el pelo” a algunos de mis “rivales” en el equipo, que este año se han aprovechado de mi bajo rendimiento en la carrera a pie, o mi inexperiencia en la natación. Voy a por Ustedes Parquesoles y que sepan que este año he empezado duro.